Tlön uqbar orbis tertius ciudad seva
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No constaba el nombre del heresiarca, pero sí la noticia de su doctrina, formulada en palabras casi idénticas a las repetidas por él, aunque -tal vez- literariamente inferiores. En vida padeció de irrealidad, como tantos ingleses; muerto, no es siquiera el fantasma que ya era entonces. Un paisano propuso que lo tiraran al río correntoso.
X es Y y es Z. Z descubre tres monedas porque recuerda que se le perdieron a X; X encuentra dos en el corredor porque recuerda que han sido recuperadas las otras… El Onceno Tomo deja entender que tres razones capitales determinaron la victoria total de ese panteísmo idealista. Spinoza atribuye a su inagotable divinidad los atributos de la extensión y del pensamiento; nadie comprendería en Tlön la yuxtaposición del primero (que sólo es típico de ciertos estados) y del segundo -que es un sinónimo perfecto del cosmos-.
Instead, their legends refer to two imaginary regions named Mlejnas and Tlön, the latter being another planet. Él había recordado: Copulation and mirrors are abominable. El texto de la Enciclopedia decía: Para uno de esos gnósticos, el visible universo era una ilusión o (más precisamente) un sofisma.
Yo me atrevo a pedir unos minutos para su concepto del universo.
Hume notó para siempre que los argumentos de Berkeley no admiten la menor réplica y no causan la menor convicción. Argumentaron: si la igualdad comporta la identidad, habría que admitir asimismo que las nueve monedas son una sola.
Increíblemente, esas refutaciones no resultaron definitivas.
No había indicación de fecha ni de lugar. El director de una de las cárceles del estado comunicó a los presos que en el antiguo lecho de un río había ciertos sepulcros y prometió la libertad a quienes trajeran un hallazgo importante. Si nuestras previsiones no erran, de aquí a cien años alguien descubrirá los cien tomos de la Segunda Enciclopedia de Tlön.
Entonces desaparecerán del planeta el inglés y el francés y el mero español.
En la primera página y en una hoja de papel de seda que cubría una de las láminas en colores había estampado un óvalo azul con esta inscripción: Orbis Tertius. Casi inmediatamente, la realidad cedió en más de un punto. Juzgan que la metafísica es una rama de la literatura fantástica.
Encantada por su rigor, la humanidad olvida y torna a olvidar que es un rigor de ajedrecistas, no de ángeles. La metódica elaboración de hrönir (dice el Onceno Tomo) ha prestado servicios prodigiosos a los arqueólogos. Amorim lo adquirió mediante unos pesos. Le dice que en América es absurdo inventar un país y le propone la invención de un planeta.
However, he learns that the literature that the people of Uqbar wrote was entirely fantastical, with its epics never referring to the real world. Es raro que los libros estén firmados. This Irish philosopher (whose name also survives in an American university: the University of California, Berkeley was named after him) is best-known for his theory of subjective idealism, which is often summarised as ‘if a tree falls in the forest and there’s nobody to hear it, does it make a sound?’ (Berkeley’s answer would be ‘no’, since things only exist when they are perceived by humans.)
For Berkeley, and for the inhabitants of Tlön, matter, or material substance – that is, real physical ‘stuff’ – doesn’t exist, but is merely an idea perceived by the mind.
Hay objetos compuestos de dos términos, uno de carácter visual y otro auditivo: el color del naciente y el remoto grito de un pájaro. Reproduzco el artículo anterior tal como apareció en la Antología de la literatura fantástica, 1940, sin otra escisión que algunas metáforas y que una especie de resumen burlón que ahora resulta frívolo.